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DE LOS DOS HIPÓLITO, SEGURAMENTE EL QUE SUEÑA ES EL MÁS AUTÉNTICO

Recién hoy 20/02 me pongo a editar el material que grabé para año nuevo, un poco porque me gusta dejar que pase tiempo después de cada experiencia y un poco porque no encontraba una versión de premiere que no se me tildara, también otro poco porque es el primer video que voy a editar yo, porque siempre los edita mi amigo Andrés.

Volver a ver todos esos videos me trajo muchas emociones a flor de piel, todas esas sensaciones que me tocaron abrazar. Enero fue un mes muy reflexivo, me perdí mucho dentro de mi y eso me resultó hermoso, pero febrero, febrero fue el mes de decidir, el mes de ponerle fin a lo que no me hace bien y dar espacio a todo lo bueno que está por venir y está viniendo.

Febrero fue un mes de cierres y no cierres cualquiera, sino super significativos en mi vida, porque comprendí que todo ese trabajo que vengo haciendo hace mucho tiempo hoy comienza a dar sus frutos, en realidad no, desde el día uno empezó a dar sus frutos, pero es ese progreso invisible, ese que uno nunca ve y que hace creer que todo esfuerzo es inútil, pero no, lo importante es ser constante con eso que uno persigue.

Yo hace no muchos años atrás no era esta persona confiada, optimista, valiente, emprendedora, todo lo contrario, mi vida, viéndola hoy, era la vida de otro y mirando hoy hacia atrás, me parece todo tan lejano, sentimentalmente hablando, pero es tan cercano en el tiempo que hace que me sienta aun mas orgulloso de todo lo que trabaje.

Porque uno siempre trabaja intentando reparar cosas del pasado y por primera vez en mi vida estoy trabajando en mi futuro, que con una inusual agudeza puedo visualizarlo y eso no es más que el fruto de perderlo todo y pelear para poder tenerlo nuevamente.

Yo lo perdí todo y eso es verdad, de un día para otro, toda mi vida cambió, no supe qué hacer, no podía ver ni siquiera un pequeño destello de luz, me encontré solo en la vida sin tener un norte.

Gracias al universo (que en ese momento no creía en él) se cruzaron en mi camino personas hermosas, en las cuales yo no confiaba, porque no confiaba en nadie, para mi todo el que se acercaba a mi me iba a lastimar y no permitía que nadie aparezca, las personas que aparecieron muchas sufrieron de ese pánico que tenía al dejarme querer, porque para serte sincero, creo que todos sufrimos la traición y creo que hasta cierto punto uno la puede tolerar, pero a mi me pego muy de cerca, de cerca no, digamos que fue una granada que me explotó en las manos y me dejo herido y aturdido, a tal punto de sentir que lo único que podía hacer era dejar que pase el tiempo y esperar la muerte.

Estas personas que me vieron así, me demostraron que existe el amor, que hay que confiar y que somos parte de un plan mayor, que todo, pero todo en esta vida tiene solución (menos nuestro inexorable camino hacia la muerte) y la solución es solo abrirse al amor, pero estamos, o al menos yo estaba, tan confundido sobre que es el amor, que es complicado partir de algún lado, porque todo es amorfo, estamos como pisando sobre una gelatina, donde al mínimo cambio de posición, cambia todo radicalmente.

Entonces, entendí que el amor, no es más que el amor que  tenemos hacia nosotros mismos y si, te puedo decir la frase “si no te podes dar amor a vos mismo, cómo esperas que alguien pueda dártelo” y es verdad, porque así es, pero es fácil decirlo, pero hay que abrazar esa sensación, que no es para nada bella, pero sí es reconfortante cuando la comprendes, para ser más exacto, hace muchos años, leía un libro de Jean Paul Sartre y en una parte dice:

“Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él” y la verdad que es hermosa, muy poética, cargada de mucho significado y la entendemos todos, pero ponerla en práctica es otra cosa, entenderla para aplicarla es muy difícil, pero es difícil al comienzo, una vez que uno la puede aplicar ya está, no hay vuelta atrás y yo sinceramente la pude aplicar hace no sé, ¿un año quizá? Y a ese libro lo leí en 2011 creo o por ahí, eso claramente me llevó mucho trabajo poder asimilar y mucho trabajo personal.

Pero es como dicen “ningún mar en calma hizo al marinero experto” y comprender que todas estas tempestades no vienen a arruinarnos la existencia, sino a enseñarnos algo sobre nosotros, pero está en nosotros decidir qué postura tomar, podemos decir que la vida es injusta y que nos toca vivir cosas que no nos merecemos y que con justa razón podemos asumir que eso es cierto, pero eso siempre nos posiciona en el lugar de víctima y desde ese lugar no se construye, esta bien, podemos ser víctimas, pero es un círculo vicioso donde terminamos paradójicamente siendo victimarios, porque salpicamos a los que tenemos al lado con esa visión derrotista de la vida.

Y también podemos decir que está bien, lo que nos sucede es una verdadera cagada, pero que vamos a hacer con eso, podemos llorar patalear y está bien, hay que llorar y patalear, ¿pero toda la vida? O nos sacamos el polvo y le metemos. Hace poco leí una frase que me resonó mucho, pero porque ya la había comprendido y dice algo así:

“Sos vos con la forma de hablarte cuando te caes, el que determina si te caíste en un bache o en una tumba”

Y ese fue mi principal cambio, como yo me hablo, porque uno se dice que boludo que soy, que tarado, etc., pero esta mal, no nos tenemos que tratar así, cada vez que yo me digo que soy un boludo o algo así, me pido perdón y me digo por ejemplo “que despistado que sos Hipolito, que bueno que tenes buenas piernas” en el caso de haberme olvidado algo y tener que volver a buscarlo y así con todo en la vida. Está bien, no es un trabajo fácil, porque significa prácticamente romper con todo lo que creíamos, asumirnos rotos por donde se mire y empezar de a poco a repararnos, hay que desaprender todo y arrancar desde cero.

Creo que todos tenemos, en algún punto de la vida, la posibilidad de retomar las riendas y pelear por la vida que nos merecemos y si tengo que ser totalmente honesto, lo que a mi me toco vivir fue de las peores experiencias que un ser humano deba vivir, pero también fue lo mejor que me pudo pasar, porque esta bien, me duele y mucho, pero cuando te das cuenta de que lo has perdido todo, tenes dos opciones, o terminas con tu vida o luchas por la vida que tu corazón te indique, yo fui por la segunda, poco a poco entre tanta oscuridad fui arrojando luz y arrojar luz es como entrar con un fosforo a iluminar una caverna, la luz no es suficiente, a veces se te consume el fosforo, a veces se te apaga, pero lo importante, es que ya conoces justo ese cuadradito que iluminaste y poco a poco, fosforo tras fosforo podes hacer un mapa de donde estuviste y a donde no querés volver, y lo verdaderamente importante  es eso, porque muchas veces te vas a quemar por querer tener la luz encendida y muchas otras vas a llorar porque apenas lo prendes algo la apaga, pero lo que nos muestra quienes somos es la actitud que tenemos frente a eso.

Sartre también dijo “El hombre está condenado a ser libre” y eso es verdad, en todo momento somos libres de elegir lo que queremos para nuestra vida, no importa tu situación actual, siempre podés cambiarla con una sola decisión, el tema es empoderarse y pelear por lo que querés. El problema es que a veces lo que queremos no es lo que necesitamos, pero lo que nos ayuda mucho a comprender que el camino transitado, es el que necesitábamos transitar, es pensar en que todo lo que nos sucede tiene un fin, que algo tenemos que aprender y que eso no es más que un trampolín para lo que se viene.

Y cuando digo que algo tenemos que aprender no solo me refiero a las cosas malas, sino a las cosas buenas también, porque creo que en la mayoría del tiempo no aprendemos de ninguna, porque en la felicidad, no pensamos en todo lo que trabajamos para que eso suceda, nos quedamos embelesados con esa sensación linda, que es muy efímera y no es casual eso.

Porque como dije, en la felicidad no nos ponemos a pensar en todo lo que nos costó llegar ahí, simplemente la disfrutamos y se fue, pero en cambio en el dolor nos quedamos ahí, allí si pensamos de más en todo, lo que podríamos haber hecho, elaboramos planes que no sucedieron que podrían haber cambiado el rumbo de las cosas, y nos quedamos ahí, porque somos buenos para torturarnos, pero no para darnos una felicitación

Y estar feliz o triste no es que más que una cara de la misma moneda, a las dos tenemos que abrazarlas, darles el espacio y soltarlas, ese es el ejercicio y eso es lo que nos libera, porque cuando entendemos eso empezamos a ver esos pequeños progresos que nos son invisibles y es así como ganamos amor propio, porque nos felicitamos por pequeñas cosas, que nadie las ve y no las va a ver jamás, por más hagas el cambio más radical de tu vida, te van a criticar igual, por bueno o por malo y al final lo único que cuenta es lo que vos tengas para decirte y créeme que si te decís cosas buenas, todo va a ser bueno y automáticamente la gente también te va a decir cosas buenas y el que te diga cosas malas quizá llegue, pero vas a darte cuenta mucho antes si a esa persona le vas a contar algo o no, porque una vez que vos te tratas bien, podes sacarle la ficha a las personas con más facilidad.

Yo siempre fui el buen tipo de la vida, el que está para todos, el que en vez de solucionar sus mambitos, está para ayudar al resto, el que cree que hace todo por amor, pero no, porque no hay amor propio, sino una necesidad de llenar un vacío con halagos ajenos, pero la realidad es que nunca llegan los halagos, porque todos toman como algo normal lo que uno hace, entonces todo se torna más vacío y es un círculo vicioso.

Yo soy muy consciente de que todo lo que me sucedió es porque yo lo permití, yo me deje abusar, me deje despreciar, deje que ciertas personas hagan conmigo lo que quieran, porque una persona que se quiere no se deja atropellar, una persona con amor propio se rodea de buena gente, como hoy en día puedo decir que me rodeo.

Yo estuve rodeado mucho tiempo de gente que no conoce el amor de ningún tipo y esto no lo digo a modo de superado, sino todo lo contrario, lo digo como experiencia de vida y algo de lo que me tocó aprender, por los malos modos, pero toco aprender igual y la verdad que las entiendo, porque se como se siente vivir así, se lo que es estar en un núcleo donde nadie se quiere de verdad, todo es aparentar, todo es mentir y fingir que hay un amor.

Pero lo cierto es que una persona que siente amor no lastima a nadie, al menos no con dolo, porque lastimar podemos lastimar sin intención, pero cuando la acción es premeditada, ahí nos muestra que el amor no existe, porque cuando hay amor no hay otra cosa, no pensamos en dañar, en querer destruir, al contrario, pensamos en construir a pesar de las circunstancias que nos toquen atravesar, porque lo verdaderamente revolucionario hoy en día es el amor.

Siempre me creí un antisistema, el que va a contra corriente, pero nunca lo sentí así, pero hoy, que veo todo con más claridad, que hago todo desde y hacia el amor, me creo un revolucionario, cuando mucha gente que conozco no entiende porque reacciono con amor cuando me hacen lo que me hacen, que no comprenden cuando digo que no hablen mal de estas personas, porque a pesar de lo que me estén haciendo, merecen amor y respeto, y quizá no se lo hayan ganado, pero es lo que a mi me nace, porque creo fervorosamente que quien nos quiere dañar es quien más necesita amor y si tengo que ser yo quien se lo da, gustoso lo hago, porque se enseña con el ejemplo, no con la palabra.

Hace unos días hablando con mi madre, me tocó darme cuenta de que al final yo soy más creyente y evangelizador de la palabra de Dios, que muchos de los cristianos que conozco, por no decir la mayoría, a pesar de mi formación de casi toda mi vida católica, jamás creí en un Dios como lo pintan las religiones, pero si siempre me interesó ese lado que nadie copia, que habla de hacer el bien sin mirar a quien, de perdonar, de dar amor, de poner la otra mejilla, porque no es que ponemos la otra mejilla para que nos den un cachetazo, sino porque uno desactiva cualquier mecanismo que nos pueda dañar si demostramos que estamos dispuestos a recibir lo que nos den, sea lo que sea, porque el cachetazo nos puede doler físicamente a nosotros, pero mas le duele a esa persona que lo da, que no sabe cómo sanar esa herida y que por ese motivo se desquita con nosotros.

Porque lo que nos hacen, no es más que la manifestación de inseguridades y traumas de quien nos intenta perjudicar, y así lo debemos tomar, porque no es contra nosotros, es contra ellos, quizá nos afecte a nosotros, pero una persona que siente amor no hace esas cosas y no sentir amor es de las peores sensaciones que hay, entonces cuando te pase algo y sentís que te quieren herir, lo más fácil es ponerse en lugar de la otra persona y vas a sentir pena por esa persona, que no es lo mas lindo del mundo sentir, pero vas a comprender de dónde viene eso, al menos así lo hago yo, cuando intentan herirme una y otra vez, pienso en las noches que tiene que pasar a solas con su almohada, aturdido por esos sentimientos de frustración, en todo eso que no puede realizar y que la única manera que tienen, es castigar al resto por sus propias indecisiones.

Yo tome las riendas de mi vida, transforme todo el odio en amor y es la mejor decisión que pude haber tomado, porque me libero de todo mal, porque hizo que cierre ciclos y me permite hoy tener herramientas para poder comerme el mundo, porque así se siente cuando uno tiene amor, que el mundo es suyo, porque uno se siente orgulloso de todo lo que hace, porque la recompensa no está en el resultado, sino en el proceso, porque  en cada paso que das, sos consciente de todo lo que tuviste que dar para poder permitirte avanzar, aunque sea un paso, pero así es la vida, un paso a la vez, estar presentes en el momento, porque de lo único que somos responsables de lo que hacemos nosotros, lo que haga el resto es problema del resto.

Pero muchas veces el resto nos ayuda, pero nos ayuda fuerte, de una manera que no esperamos, quizá porque andamos medio anestesiados emocionalmente, pero yo quiero agradecer a mis amigos y a mis terapeutas, porque no hay nada más bello que te hagan saber que todo lo que haces esta bien, no hay nada más placentero que ser querido y creo que eso hoy en día está infravalorado, no nos detenemos a pensar si nos quieren, sólo queremos reconocimiento, una especie de minuto de fama, pero eso es efímero y vacío, el reconocimiento que tenemos que ver es cuando nos llega amor, cuando con quienes hablas solo te tiran buena onda, porque somos eso, lo que damos y recibimos lo que damos y creeme que cuando solo recibes amor, es la sensacion mas bella del mundo, porque podrás tener detractores o pesimistas que te digan que lo tuyo no esta bien o es imposible, pero ellos no reciben cariño cuando hablan, ellos reciben lo que dan también y por eso su mundo se ve así de oscuro.

Para seguir con el tema de los cierres y darle un cierre a esto me gustaría citar, creo que es Einstein, aunque la autoría de esta carta no está verificada, de todos modos, sea de quien sea, dice algo muy lindo 

Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. 

Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser siente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida. “

¡Pura vida para todos!

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